miércoles, 7 de octubre de 2009

"..."

Sé que mis ojos dicen lo que mis labios apenas pueden susurrar.
Es una magia que no controlo.
Como el río cuando se desboca.
A veces, como quien no quiere la cosa, como quien quisiera enmascarar el iris y las pupilas para que las frases no broten.
Pero me consuelo sabiendo que no podré ser culpable de mis ojos como sí en cambio, de las palabras que se pronuncian.
Me considero absuelta antes del juicio, porque la mirada no se puede condenar.