viernes, 2 de octubre de 2009

Ciencia

Cómo digo lo que no puedo decir?

Una vez, alguien me dijo cuando necesité consuelo, consejo y confesión "Que el hombre es esclavo de sus palabras y amo de su silencio..." No olvido la frase, como esas cosas que suceden cuando tienen que suceder, fueron las palabras más sabias y oportunas que recibí en su momento. Es por eso, tomo conciencia ahora, que me han quedado tatuadas en la piel, talladas en el cuerpo. Ese que no está sólo hecho de carne y huesos...

Siempre vuelven. Igual de frescas y sorprendentes. Como una luz que se enciende cuando se anda a tientas.
Siempre vuelven y entonces, también la fuerza...